Casi las cinco de la tarde,
sábado, 12 de julio, como hoy.
Fin de dos días de secuestro,
de agonía.
Dos tiros en la nuca,
lazo azul que se viste de negro,
lágrimas de rabia.
Herido de inconsciencia,
tu vida se apagó de madrugada.
Otra víctima más del terrorismo.
Nadie se olvida,
todos te sienten, aunque la vida
es más dura que entonces.
Blanco, azul, negro,
Garrido, desgarrado,
punto y seguido en la memoria.
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