de extraña mujer.
Nunca llegaron flores, ni nada inesperado,
ni recibí llamadas de mi amado,
o de aquella amiga o amigo,
que vivía lejos y ya no se acordaba
después de 20 años juntas.
El regalo que quiero no se puede comprar,
pues no se vende, pero existe.
Tiene un valor grande para el corazón,
pequeño para un bolsillo.
Ilusión de mi vida, sueño profundo.
Que me llame una voz que no me espere,
que me llegue un regalo inesperado,
y que vuelva tu amistad a ser parte de mi vida.
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