estación de Via Crucis,
Zaragoza retumba al toque de tambores.
Olor a flores, a incienso,
faroles que iluminan esta noche,
lágrimas de la Virgen Dolorosa.
Horas de caminar, de espera,
buscando ese hueco, ese instante....
En las calles estrechas,
en las plazas más amplias,
en cualquier esquina,
huele a Semana Santa.
Mi Semana Santa es así,
llena de sonidos y de suspiros,
de fotos y colores,
de horas de pie, y noches en vela.
Es la Semana Santa de mi tierra.
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