No creo nada, y menos que nada en nadie,
me huele el mundo a mentira,
a tiempo perdido,
a gente corrompida.
A podrido, me huele.
No creo en togas negras,
ni en promesas que cumple
quien no conozco,
y no creo por tí, por ella,
por su mirada desecha.
El tiempo corre, la vida pasa,
todo tiene un principio
que todo el mundo sabe,
y un final que siempre desconoces.
No creo en nada,
no espero nada de nadie,
sólo el final que nadie sabe.
Yo si creo. En el ARte, en parte de la sociedad, en lo que no tiene precio; en tí.
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