me miré de adolescente,
y por tus aceras mojadas resbalé,
sólo para tocarlas.
Siempre te recordé como un paraiso
al otro lado de mi tierra.
¡Oh, anhelada terra galega!
cuantas veces quise volver.
y volví a tí convertida en mujer,
me perdí por tus mojadas calles,
encontré un punto de partida a mi vida.
Sentí el cariño de tus gentes,
el ardor de tus licores,
el placer de todos los placeres.
Hoy sólo podía escribirte a tí,
por tus letras, por Rosalia, por tu Nobel Cela,
por todos os escritores de aquellas tierras
que leí en mi niñez, cuando estudiaba.
"Proyectando sus sueños"
en mi vida, con sus versos.
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