junto a una foto y una flor.
Tengo a la madre que me diste,
no tengo nada mejor.
Nunca pude conocerte,
pues con sus garras negras
te acaricio la muerte.
Tengo una llama encendida,
una lágrima que resbala,
por los ojos de mi madre,
tengo un recuerdo para tí.
Como paloma que vuela,
te fuiste rauda, joven,
cuídate donde estés, abuela.