Me llevo sola recuerdos,
de noches en vela,
de orujos y cubatas,
tardes de sol, en busca
de una sombra.
Me llevo tu aroma en el pelo,
tu tacto en mis mejillas,
tu voz en mis oídos, susurrante.
Y te dejo mis versos recitados,
mis huellas violetas,
y la promesa de volver,
a contemplar mil atardeceres
y un solo amanecer.
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